30/10/2024 por Cresenzia 0 Comentarios
La psicología cognitiva ¿Qué es y para qué sirve?
La psicología cognitiva es una de las corrientes terapéuticas más utilizadas y efectivas dentro de la psicología. Básicamente analiza los procesos mentales que influyen en el comportamiento humano. Es decir, se encarga de conocer qué ideas y pensamientos se generan en...
La psicología cognitiva es una de las corrientes terapéuticas más utilizadas y efectivas dentro de la psicología. Básicamente analiza los procesos mentales que influyen en el comportamiento humano. Es decir, se encarga de conocer qué ideas y pensamientos se generan en la mente de las personas y cómo éstas influyen en el comportamiento.
El término “cognición” o “cognitivo” es sinónimo de pensamiento o conocimiento. Como sabes, el ser humano está en contacto con el entorno que lo rodea y obtiene información sobre éste de manera directa a través de los sentidos y luego, éstos la envían a nuestro cerebro para procesarla y dar una respuesta.
En este artículo, descubrirás cuáles son los fundamentos de esta rama de la Psicología que se centra en estudiar cómo el cerebro procesa la información de su entorno y sus efectos en el comportamiento. También, te explicaremos cuáles son las claves de la terapia cognitiva.
La psicología cognitiva analiza los esquemas mentales
La psicología cognitiva es una disciplina que identifica y analiza cómo las personas perciben, aprenden, piensan y conforman creencias. Estos términos ejemplifican distintos procesos o esquemas mentales que se dan en los seres humanos.
Los esquemas mentales son necesarios porque ayudan a relacionarnos con nuestro entorno de forma efectiva, no solo integrando y dando sentido a la información que recibimos del exterior, sino también a la información interna (cómo nos sentimos). Porque el ser humano resuelve problemas, planifica proyectos de futuro, aprende de las experiencias y también experimenta emociones gracias a estos esquemas que se van generando desde la infancia.
Aunque tú no puedes ver directamente la esencia del mundo interior de un amigo o un ser querido, sí puedes observar su forma de comportarse y a través de sus acciones inferir cómo se siente y piensa.
Desde este punto de vista, existe una relación directa entre la naturaleza de los procesos cognitivos y la conducta exterior. Dos personas pueden encontrarse ante una realidad similar y, sin embargo, vivirla de un modo muy diferente. Esto se debe a que la forma de interpretar la información es distinta en cada una de ellas.
Pero, por otro lado, un comportamiento puede estar condicionado por un pensamiento irracional. Lo que una persona piensa no describe la situación tal y como es, pero sí influye en la visión que el sujeto tiene sobre esa realidad y por lo tanto también, en cómo la va a afrontar.
En psicología llamamos distorsión cognitiva a aquella manera errónea que tenemos de procesar la información de nuestro entorno y puede incrementar el sufrimiento en una determinada situación.
Tipos de distorsiones cognitivas
Existen distintos tipos de distorsiones cognitivas que se alejan de la objetividad deseada en la forma de analizar la realidad:
El pensamiento dicotómico pone de manifiesto la falta de atención a los matices.
En este caso, lo real se percibe desde la óptica de los opuestos. Aquellas afirmaciones absolutas, que están acompañadas por el valor de la palabra siempre o nunca, muestran una forma de generalización.
También puede producirse una abstracción selectiva que realza lo negativo de una situación. Por el contrario, quita importancia a lo positivo. Esto influye en la percepción que el sujeto tiene de un hecho concreto.
Más allá de cualquier aspecto constructivo, dará una mayor relevancia a un dato puntual que considera poco favorable. No olvides que una distorsión cognitiva también afecta a la forma de observar el futuro.
La visión catastrófica, por ejemplo, anticipa situaciones alarmistas de manera recurrente. La persona sufre en ese mismo instante por aquello que puede llegar a pasar. En la mayoría de las ocasiones, no suceden esos hechos que un día se anticiparon como posibles.
Este es un tipo de pensamiento que genera sensación de alarma constante. Como puedes concluir, da lugar a la percepción de un peligro frecuente.
La personalización es otra causa de pensamiento irracional. En este caso, el sujeto se lleva al plano personal comportamientos ajenos que nada tienen que ver con él.
Imagina que alguien se encuentra con un amigo de forma casual en la calle y, al ver su rostro, cree que está más serio de lo habitual.
A partir de esta primera impresión, llega a la conclusión de que esa reacción tiene algo ver con él. Es decir, piensa que quizá esté enfadado con él, y esta sea la razón de dicho comportamiento.
La inferencia arbitraria es otro tipo de distorsión que consiste en dar por hecho ciertas suposiciones, aunque no existe ninguna evidencia que las avale. Hay dos formas:
Adivinación de pensamiento: creer saber lo que piensan los demás (se está riendo de mí, está conmigo por interés, etc.).
Adivinación de futuro: adelantarse a los acontecimientos (va a salir mal).
La etiquetación es otra distorsión que consiste en juzgar a las personas en lugar de describir los hechos. Por ejemplo, “soy un inútil” en lugar de “me he equivocado”.
¿Qué es la terapia cognitiva?
La terapia cognitiva es un proceso a través del cual la persona se conoce mejor a sí misma porque aprende a reconocer y modificar o reestructurar los pensamientos y creencias irracionales que le están afectando en su bienestar.
En este sentido, el objetivo es despertar en el paciente los recursos esenciales para identificar aquellos pensamientos automáticos negativos que se manifiestan de manera recurrente y que le impiden llevar una vida “normal”.
Esta terapia pone el acento en promover un cambio cognitivo, es decir, un cambio de enfoque para observar la realidad sin el filtro de las creencias irracionales. En este escenario, la persona cuenta con el acompañamiento y el asesoramiento del profesional.
Este cambio de enfoque puede producir una transformación profunda de las relaciones personales. El paciente que inicia una terapia cognitiva no puede modificar el dolor que ha vivido en el pasado, sin embargo, sí tiene la posibilidad de influir directamente en su presente más inmediato. Esta terapia pone el foco de atención en el contexto del aquí y el ahora.
Ten en cuenta que, según la psicología cognitiva, los pensamientos influyen en el plano de la acción. Y también producen una respuesta emocional. Cuando una interpretación es objetiva y está alineada con la realidad es práctica para comprender una situación.
No obstante, existen asociaciones de ideas que pueden producir el efecto opuesto si no existe una conexión lógica entre ellas.
Por tanto, la psicología cognitiva, como puedes comprobar, tiene un importante alcance a nivel práctico. Propicia el autoconocimiento y la comprensión de nuestros pensamientos, emociones y comportamiento modificándolos por otros más efectivos en aquellas situaciones que nos generan malestar.
Relación de la terapia cognitiva con el coaching
Como hemos apuntado en otras ocasiones el coaching es una disciplina derivada de la Psicología que toma técnicas propias de ésta última para aplicarlas en ámbitos no terapéuticos.
Respecto a la terapia cognitiva, el coaching toma de ésta toda una serie de características específicas para llevarlas al ámbito profesional o del crecimiento personal.
Veamos en un pequeño cuadro cuales son:
Terapia cognitiva
- Orientada al problema del paciente.
- Estructurada y limitada en el tiempo.
- A través de preguntas inteligentes guiar al paciente para que llegue a sus propias conclusiones (estilo socrático).
- El terapeuta muestra una aceptación incondicional por el paciente, es empático y manifiesta franqueza y honestidad.
- Centrada en el aquí y ahora.
Coaching
- Pone el foco en el objetivo del cliente.
- Intervención también estructurada y limitada en el tiempo.
- Acompaña al cliente a que llegue a sus propias conclusiones a través de preguntas inteligentes y poderosas (estilo socrático).
- El coach debe de confiar en el cliente, mostrarse empático y actuar siempre con franqueza y honestidad.
- Centrado en el aquí y ahora.
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